Hiroshima y Miyajima...

¡Hoy hemos decidido ir a Hiroshima y Miyajima!

Por la mañana, antes de nada, nos dirigimos hacia el Castillo de Hiroshima, lugar con el que me había quedado con las ganas en mi anterior viaje.

El paseo hasta el castillo ha venido acompañado del descubrimiento de un templo precioso, donde hemos aprovechado la ocasión de comprar mamoris. Alejado del centro de la ciudad, hacen de él un lugar muy tranquilo y misterioso... del cual no hemos descubierto cual es su nombre. Además, el castillo es precioso y conserva su encanto en el interior, ofreciendo unas preciosas vistas de la ciudad.

Acto seguido, hemos ido hacia el Parque conmemorativo de la paz, insistiendo en la Cúpula de la Bomba atómica. Antes de dirigirnos hacia el Museo conmemorativo de la paz, nos han detenido 2 mujeres testigos de Jehová que han sido muy amables con nosotras y nos han regalado figuras de origami. En el Museo hemos decidido alquilar una Audioguia, la cual ha resultado muy interesante (y estaba en castellano, claro). No he podido evitar comprarme varios libros sobre la Bomba atómica de Hiroshima en la librería del museo.

Antes de dirigirnos hacia Miyajima, nos hemos parado a comprar unos takoyakis que estaban riquísimos.

Para llegar a Miyajima, hemos pillado un ferry que nos dejaba allí en 10 minutos. Hemos decidido visitar únicamente el Itsukushima-jinja, pudiendo visitar más tranquilamente las tiendas que habían antes de llegar y estar con los ciervos. Pensaba que solamente habían ciervos en Nara, pero en Miyajima también hay.

A la vuelta, queríamos ir a comer okonomiyaki, pero... al dirigirnos a la parada, nos hemos dado cuenta que en pocos minutos salía la penúltima y la ultima parada que nos podía regresar al hotel. Así que hemos tenido que quedar con las ganas de cenar.