Hoy ya ha sido mi último día por Salamanca con mi Ele-chan, no me gusta nada que los días hayan pasado tan rápido y que ya sea el momento de irme. Lo único bueno, es que sé que en poco volveré a verla, de eso estoy segura.
Cuando nos hemos levantado, hemos quedado con unos amigos de Ele-chan para ir a comer al restaurante japonés Ai. La verdad es que la comida estaba muy buena, y además, tenían takoyaki. Aunque ya me ha avisado de que el takoyaki en este restaurante no era muy bueno, pero ha insistido en que teníamos que pedirlo solamente como homenaje a este, nuestro blog. La verdad, es que el takoyaki estaba bastante malo. Casi no tenía sabor a pulpo, estaba duro y, lo más importante, ¡no era redondo! Pero excepto eso, todo lo demás era delicioso.
Saliendo del japonés, hemos seguido paseando de nuevo por las tiendas del centro, cotilleando qué había hasta que... ¡qué casualidad! Hemos terminado en el Mandala de nuevo. Pese a que Ele-chan ha pedido de nuevo el mismo batido, según sé, nunca ha variado de batido, yo lo he cambiado por uno de helado de frutos rojos con nata y sirope de fresa. ¡Delicioso!
Lo malo del día, para mí, ha llegado por la noche cuando, después de muchos meses sin pasarme, me ha venido un ataque de migraña de los fuertes. He empezado a tener un dolor de cabeza horrible durante un montón de horas, incluso me ha costado muchísimo conseguir dormirme.
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